RAZA Y PROSTITUCION
- Franco Limber
- 10 may 2017
- 8 Min. de lectura
Estas notas preliminares son parte de una investigación empírica acerca de los marcadores culturales entre prostitución y raza en el departamento de La Paz, como objetivos principales de este articulo nos concentraremos solo en la ciudad de El Alto, pues esta ciudad es un centro urbano conformada casi en su totalidad de Aymaras, mostraremos en estas líneas las interrelaciones y percepciones entre lo que significa ser Indio y la práctica sexual en los diferentes ambientes y modalidades en los que se practica y evidencia la práctica sexual comercializada.
Distribución de ofertas sexuales en la ciudad de El Alto. Son diferentes los espacios en donde el individuo alteño puede acceder a los placeres de la intimidad, existe una distribución espacial donde se pude concurrir en búsqueda de intimidad sexual: a) Lenocinios privados o a puerta cerrada b) lenocinios en la zona 12 de octubre de los cuales notaremos entre uno y otro diferencias raciales marcadas, c) prostitución callejera, d) prostitución en bares y cantinas, e) el servicio a domicilio, a este se puede acceder a través de anuncios en los periódicos. Estas diferentes modalidades en las que se puede encontrar relaciones sexuales, tienen una carga racial que se lo puede entender entre los diferentes indicadores que demarcan prejuicios y gustos entre la población masculina alteña que frecuenta estos espacios.
La racialización de las ofertas sexuales en costos. Uno puede advertir los indicadores mediante el precio de los servicios, realizadas por las trabajadoras sexuales que varían de acuerdo a la edad, estética, raza, esta última variable es la que tomaremos para identificar lo que significa la raza como marcador de diferenciación en el acceso a servicios sexuales. De los múltiples espacios y modalidades señalados encontraremos dos tipos de mujeres: la india y la mestiza las cuales marcaran una diferencia de costos marcada por su pertenecía cultural, así también entre estas dos existe diferentes conflictos de identidad, como ser: a) la india que niega su pertenencia racial b) la india que usa pollera, c) la india que solo usa pollera para ejercer el oficio de prostitución, d) la india no aymará, f) la mestiza que no vive en El Alto, g) la mestiza oriental, h) la mestiza del valle. Existe probablemente más identidades que expresan diferentes matices culturales que se han construido a los largo de la historia, estas han llegado ha categorizar en un listado de precios según a su condición. Entre las que más costo significan están las mestizas de piel más blanca, y las más económicas están las que mayores rasgos indígenas presentan. Entre las diferentes modalidades y espacios donde se vende el sexo, existen elementos raciales que llaman la atención, como en el caso de la prostitución de bares y cantinas, las mujeres de pollera representan un gasto adicional ya que prefieren tomar solo cerveza que tiene un costo mayor a las bebidas como ser ron o vodka del cual las mestizas no tienen objeción en consumir.
Conflictos de identidad, interacción de sujetos de distintos contextos sociales. En el momento de buscar la compañía de una mujer por medio del dinero están en juego diferentes apreciaciones mentales de acuerdo a la formación y alcances objetivos del sujeto ante lo que significa lo racial. Entre los más habituales en los diferentes contextos están: a) indios que buscan una relación sexual con una mestiza oriental, es quien está dispuesto a conocer una visión diferente por medio de una mujer “camba”, la forma que se expresa al hablar o porque suelen ser mas “calenturientas”, b) otra variante esta en buscar compañía femenina de una india no aymará, una “cochala” quien suelen ser “muy cariñosas” al momento de tener relaciones sexuales, c) así también esta aquellos que buscan mujeres de pollera porque nunca habían estado con una, la pollera se ha convertido en un fetiche para algunos convertida en un reto de debelar lo oculto, d) también buscan mujeres de pollera por qué no se atreven a mantener relaciones sexuales con las mestizas por miedo a ser juzgados ante sus cualidades de amante, e) suelen buscar mujeres de pollera ya que el precio por el servicio que ofrecen es menor al de una mestiza, f) mantener relaciones con una mujer mestiza de rasgos blancoides suele significar para el indio aymará un símbolo de virilidad, g) también hay aquellos que buscan a las afro bolivianas, muy raras de encontrar, pero que son muy apreciadas por tener carácter de “ardiente”. Existen entre estas diferentes interacciones entre lo racial y económico, los diferentes contextos culturales se hacen eco al momento en el que estos entran en contacto, así como en el momento de cerrar el trato para el acto carnal, como en el pleno acto del coito. Muchas de estas mujeres me comentaron que los clientes con más rasgos indígenas son los que menor imaginación tienen al momento de la práctica sexual, sobre todo los que vienen del área rural. Otro dato es que los indios del área urbana son aquellos que piden diferentes poses sexuales. El mito del amor eterno entre pareja “chacha-warmi” se rompe en estos espacios para la lujuria, son los clientes indios casados los que más buscan el calor de otra mujer. El problema de identidad viene cuando la mujer india niega su condición de aymará, y busca parecerse a la mujer blanca, pues cree que este significara un mayor rédito económico. Por el contrario otra mujeres usan la pollera porque de esa manera pueden conseguir más clientes de un estrato social determinado, como también tiene un uso estratégico social, pues para no ser reconocidas durante el día usa la pollera de noche, mientras vestido o ropa casual de día, ello asegura de alguna manera su anonimato ante la sociedad. Otra circunstancia es que los indios que hablan el aymará prefieren a una mujer que lo hable también así pueda comunicarse en su idioma nativo, pues un sector mayoritario no habla el idioma, aunque sigue manteniendo los rasgos indígenas. Existen diferentes variantes que por el espacio me limito solo a mencionar como: 1) las interrelaciones entre raza, sexualidad y economía, de sus distintos expresiones están marcadas por la pertenencia racial que determina los niveles de precio, tanto como la que ofrece el servicio, como para el que consuma el servicio, pues hay indios de trabajos que no ofrecen mayor ingreso de capital; zapatero, lustrabotas o heladero, así que por economía acceden a mujeres que estén al alcance de su presupuesto, en esta esfera lo racial se expresa que mientras más rasgos indígenas tenga llegue a estar en ese alcance, mujeres de piel mestiza blancoide representan un precio quince veces mayor haciendo una media. 2) Otra variante es la de raza, sexualidad y generacional, en muchos casos se busca jóvenes indias a las maduras por algunos esquemas mentales que rayan lo perturbador, representado como la relación entre el “maestro y la inexperta” pues está en el ideario colectivo que una mujer indígena joven tiene menor experiencia en el campo del comportamiento sexual que la mujer que llegue a mostrar más caracteres urbanos. 3) la raza, sexualidad y acto sexual interracial, tiene un comportamiento determinado en múltiples acciones como el desenvolvimiento en la intimidad; como se siente más conforme el cliente, con una india o con una mestiza, este factor se denotara en el rendimiento sexual. El indio que busca diferentes experiencias sexuales suele por medio de las conversaciones de alcoba conocer historias de otra cultura diferente, otro contexto diferente a la que está acostumbrando, sobre todo cuando es una mestiza del oriente boliviano, una “camba”, así como en la guerra del Chaco muchos hombres se encontraron ante la muerte, conociendo una Bolivia distinta, el calor de una noche o quince minutos de lujuria puede mostrar un atisbo de lo que representa la pluriculturalidad boliviana en el pleno acto carnal.
Discriminación y racismo entre las alcobas, en este breve punto mencionare un criterio racial que recogí empíricamente de ambas esferas, de entre los clientes y las trabajadoras sexuales. Dos son las variables que denotan una carga racial en el momento de la relación sexual, 1) el trato: está implícito en el carácter del individuo boliviano lo colonial, expresado en el hecho de tratar a la india sin consideraciones afectuosas o de respeto, por la procedencia indígena aymará unos creen que puede soportar un trato brusco en el ámbito de la alcoba, el mismo individuo cuando formica con una mestiza tiende a ser mas considerado y afectivo. De la misma manera pasa con las mujeres trabajadoras sexuales, a los clientes indios ofrecen un trato frió y hasta de carácter cochambroso ante su presencia, el indio es visto con pocas virtudes estéticas, mas aun cuando es atendido por una mujer mestiza. Por lo tanto a quien mejor atención se ofrece es al que menores rasgos indígenas tenga, aunque hay algunos indios con buena cantidad de dinero que están cambiando esa situación. 2) la cultura sexual limitada: para aquellos clientes indios venidos de las áreas rurales su conocimiento de las diferentes variables del acto carnal le son desconocidas, como; el uso del condón, de las diferentes posiciones sexuales o del sexo oral, muchas veces puede llegar a ser vergonzoso pasar por situaciones desconocidas o dificultar la labor de la trabajadora sexual. Por el contrario para aquellos indios que ya viven cierto tiempo en la urbe, tienen acceso a diferentes productos del saber sexual, como películas pornográficas, pornografía por Internet o simplemente la seguridad que consiguen al tener conciencia de su virilidad y la practica constante en ocasiones diarias con mujeres que trabajan con su cuerpo.
Sexo y raza, construcción histórica de las condiciones actuales de la cultura en la sociedad aymará. la mayoría de ellas son derivadas de la colina, de la globalización de la información. La interrelación de la sexualidad con la raza y sus diferentes modalidades, fenómenos y acciones son producto de construcciones sociales de un acervo cultural heredada de la colonia, entre lo que significo la “superioridad del blanco sobre el indio” reproducidos en diferentes escalas fundamentalmente basadas en el matiz de la piel, practicas habituales en la cotidianidad, acceso a la educación. Estos imaginarios colectivos se representan en sus diferentes formas, en este caso hasta en el ámbito de la prostitución. La colonialidad incorpora esos matices que se reproducen en las interrelaciones entre los individuos, cuáles van transformándose con el tiempo, en algunos casos por el acceso a la educación e información global, y el más prometedor, la acumulación de capital del indio que significa la mutación de diferentes fenómenos a unos nuevos, que no necesaria mente significa la “descolonización” sino otra serie de accionares que van cambiando el panorama socio-cultural.
De las diferentes opciones sexuales en la raza aymará, una triple discriminación entre raza, preferencia sexual y ejercicio de profesión, es otro fenómeno que tiene su propio objeto de estudio, es importante mencionar algunas de sus implicaciones culturales del cual la raza tiene también una función de marcador social que limita diferentes acciones entre los individuos que están inmersos en el mundo del sexo por dinero. Las “q’iwsas” -en aymará significa afeminados- son; primero las que más barato cobran por sus servicios, sufren una triple discriminación; un motivo es su pertenecía a una comunidad indígena, otro motivo es haber elegido una opción sexual diferente, y por ejercer una profesión mal vista por la sociedad, aquellos son quienes más discriminación sufren frente a la sociedad de rasgos conservadores.
Estos breves apuntes nos sirvan para identificar algunos espacios, modalidades, esquemas y interrelaciones que se practican en el diario contexto de la ciudad de El Alto referidos a la prostitución y raza, es necesario aclarar que faltan muchas variables que están en estudio, otras que no han sido posibles encasillar dentro de un esquema, pero se están elaborando para que puedan demostrar que la racialización social boliviana toca espacios múltiples de la cotidianidad, donde se muestran que los temas de raza, racismo, igualdad no están zanjadas por el hecho de existir un presidente Indio, sino que los fenómenos reproducen prejuicios coloniales y en otras ocasiones han tomado rumbos diferentes pero de igual significancia entre lo indio y el mestizo. Mismos que deben ser tratados para obtener soluciones accesibles para el desarrollo social.
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