El amor áspero en los indianistas
- Franco Limber
- 10 may 2017
- 8 Min. de lectura
1.Los comportamientos del ser humano están determinadas por las relaciones sociales del vivir cotidiano, el caso de los indianistas forma parte de un cúmulo de experiencias que son tanto importantes para el conocimiento y el saber que expresa la vivencia que yace dentro de la ideología indianista. El amor hasta donde se sabe es el sentimiento que busca el bien verdadero, y en este caso particular la pasión que se siente al sexo opuesto. Estas líneas solo han de mencionar casos que solo se conoce en el mundo oral, como también referencias escritas sobre el asunto, aquí las mencionaremos a riesgo de la molestia de quienes comulgan con tal o cual personaje, a la vez desmitificar imaginarios contemporáneos que hacen referencia a la fidelidad conyugal, patrones sentimentales y perturbaciones sexuales.
2. El soldado sueña con la victoria que abrasa su cabeza porque lleva en su corazón la imagen de una mujer a quien quiere deslumbrar. Si no ama, ¿con quien comparte su gloria?: «el hombre pretende ser grande para que la mujer lo admire».[1] Pero no solo a una sino a todas las que pueda, la monogamia es una gran mentira social y psicológica, la poligamia es en si la expresión de las pretensiones más verdaderas y reales que le son prohibidas al indio por los principios del mundo occidental cristiano. El kolla siempre fue un hombre de muchas mujeres. «En las relaciones sexuales de los kollas dominaba la poligamia, con la sola limitación de que los actores debían ser del mismo ayllu.»[2] Así también el mito de la virginidad de la mujer fue traída desde el moralismo cristiano, en lo Kollas; antes del matrimonio se permitía libre trato carnal con las muchachas.[3] «La posición carnal de la mujer no tenía importancia pues, podía ésta tener con varios hombres los contactos que quisiese.»[4] La institución monogámica es parte de las normas coloniales de occidente traídas junto la conquista, el supuesto contemporáneo del “chacha-warmi” “hombre-mujer” es una construcción circunstancial entre la simbiosis religiosa en lo andino, un ejemplo real del presente sugiere el real comportamiento del hombre andino, a) primero el rural, cuando este se reúne en festividades el hombre juega fútbol en la cancha y toma mucha cerveza, mientras las mujeres en otro sector se dedican a cocinar, y ya llegada la noche a esta le espera un triste coito en el mayor de casos carente de pasión y amor, b) en el área urbana la presencia de la poligamia tiene mayores expresiones, el hombre siempre y cuando no le falte oportunidad no dudara en dejarse llevar por pasiones amorosas con otra mujer que no sea su esposa o novia, y si no le llegara la oportunidad por diversas condiciones acude sin resentimiento a un prostíbulo a saciar sus impulsos naturales, tanto en igual en el caso de la mujer, aunque esta sigue sometida a la estructura patriarcal, siempre que surja la oportunidad no dudara en satisfacer sus necesidades que por lo general son sentimentales. Algo que llama en mucho la atención es un episodio dentro del cerco de Tupaj Katari a la ciudad de La Paz el año 1781; «cuando Katari hacia sus rondas regulares para pasar revista y animar a sus tropas, solía raptar mujeres indígenas de sus familias, sin importarle el escándalo, para tener relaciones sexuales con ellas, pero el miedo a Katariy las amenazas de castigo eran mas fuertes. Este tipo de depredación sexual, que ocurría cuando Katari estaba ebrio, seguía las pautas establecidas, aunque ambivalentes, de la cultura campesina andina. Nuevamente la conducta de Katari en estos casos evoca el aspecto terrible y salvaje del cóndor carnívoro, que captura indefensas ovejas en sus rebaños.»[5]Sin duda dentro de nuestro ser natural existen las aspiraciones de las prácticas poligámicas reprimidas por el medio social pues están fuera de lo correcto, pero sin duda en lo real el deseo de poseer sexualmente a la mayor cantidad de mujeres esta presente en el consiente individual, esto entra en conflicto cuando se mezcla las aspiraciones naturales con la idealización del “amor verdadero”, este es el punto importante de este tema; el mezclar la idealización del amor con la ideología, el amor, el indianismo y la política son una mezcla que en muchos casos a llevado a muchos militantes indianistas a crisis existenciales del que les es imposible salir, la sobre idealización de sentimientos a perjudicado al avance de la ideología, en otros casos el indianismo a funcionado como agente paliativo de estas crisis emocionales, estas las comentaremos a continuación:
3. Fausto Reinaga fue sin duda un conquistador insaciable de féminas, para este hombre no existió hacia una mujer el “amor eterno”; primero veremos sus apreciaciones hacia la mujer, a) para Fausto R. «La mujer india es una herida abierta que parte el alma. Haría sollozar a un dios impasible, Enternecería y haría llorar al mismo diablo…Es la encarnación de la diosa del dolor.»[6] Ya aquí se evidencia que sus imágenes mas profundas relacionan a la mujer con el llanto, con el dolor. Para Fausto esta mujer le hace llorar, le hace sufrir. Fausto llora, reniega y blasfema contra su segunda mujer: «Pueda que este mes o el otro se presente y camine por ahí una mujer de nombre Delfina Burgoa Peñaloza o Delfina viuda de Veintenillas; esa fue mi esposa hace 30 años, y es la madre de mi hijo a quien lo conociste en México, y cuyo libro te remitió ahora. Este elemento es dañino para nuestra causa. Es una mujer irresponsable. Habla hasta por los codos. Por la maldad de ella, mi sobrina Hilda ha sido destrozada en un campo de concentración; y por una intriga de esta señora yo he sufrido el saqueo de mi biblioteca. Mi hijo Ramiro, la hizo llevar a mexica, y ha ido a destrozarle su hogar. Le ha separado de su mujer y de su hijita que no tiene ni un año de edad; y a él le ha enfermado de los nervios hasta el punto de arrojarle a las fauces de la muerte.»[7]Reinaga nunca tuvo una relación amorosa estable, en muchos aspectos mostró su carácter posesivo, su matrimonio fue una celda que tuvo la naturaleza de aprovecharse de los atractivos primaverales de su mujer. Su descalificación era venenosa a quienes no seguían su voluntad; así fue a los indianistas de su tiempo, pero también lo fue con las mujeres; para Fausto Reinaga su matrimonio fue entupido,[8] pero fausto no amo a la india, su amor fue hipócrita; concepción del amor según Reinaga: «para mi, por ejemplo, la belleza en la mujer, era la rubia de ojos azules, nariz griega y cabellos de sol»[9],«mi consorte como maestra de escuela y como hija de gamonal de Ambana,»[10] El amor de la carne por la carne no existe. La India cuando ama crea. Procrea. El acto carnal es un acto religioso; por eso para su ejecución el momento adecuado es el silencio de la noche. Este es el amor santo; amor digno de veneración.[11] Pero esta parte que voy a citar a de mostrar al otro Fausto, el lujurioso: Según las malas lenguas no perdonó ni hermanas ni sobrinas.[12]Además de los hijos que se conoce, habría algunos hijos bastardas: Me dijeron, tienes una hermana en México. No supe si era o no verdad, pero mi hermano mayor me dijo haber visto una fotografía de ella en su primera comunión.[13] Tuvo amoríos con una viuda: Me llevó a verla a la viuda Koegel. Su esposo fue el dueño de la zona Hock’oHock’o.[14]Así como también con una alemana llamada Lindeman, Ignoro el tipo de relación con ellas, dudo platónicas.[15] Así también tenia cierto gusto por las mujeres jóvenes: Su vecino en Aranjuez, campesino, tenía una hija, joven y bonita. Una noche mi padre lo hizo llamar y le dijo: «Mándame a tu hija. Te regalaré esta casa, te firmaré los papeles.» La hija, llamada ¿Catalina? o Ph’uti fue despertada, peinada, enviada. Unos papeles, posiblemente fotocopias inservibles fueron firmados. Él ha debido hacerse soportar, incluso querer con la joven. Pues paseaban juntos por los cerros de Aranjuez. Fruto de esta unión nació una niña. Nunca conocí a esta media hermanita.[16] Tales fueron conflictivas sus relaciones que sus hijos tenían que pagar las pensiones. (Muchosepisodios ocultos de la vida de Fausto Reinaga están descritos en un libro inédito de Wankar Reinaga.) Cuando pude visitar la biblioteca de Fausto Reinaga pude encontrar varias fotografías de mujeres en una cajita, cuando pregunte por ella, se me respondió que eran sus enamoradas, me llamo la atención la totalidad de ellas no eran indias y que eran varias mujeres. Y es muy conocida por malas y buenas lenguas su muy posible práctica incestuosa. Ya muy mayor, cuando su miembro viril ya no tenia funcionalidad empezó escribir La Revolución india, a sus 61 años, los ancianos ya no pueden tener placeres…«Ninguna plaga mas funesta ha dado la naturaleza al hombre que el placer sensual. Las pasiones, ávidas de el, son incitadas a gozarlo temerariamente sin freno.»[17] Esto mismo nos da a entender que el placer muchas veces frena nuestra capacidad de razón e innovación. Al final todo le llevo a decir: Por tanto, en el amor no pude alcanzar la total plenitud ni con la gringa, ni con la mestiza, que me despreciaban por indio; ni con la india, a quien yo repudiaba por india.[18]
4.Las nuevas generaciones de indianistasdespués de Fausto Reinaga han tenido vidas conflictivas en relación al amor, voy a mencionar algunos casos:muchos de los indios que han tenido la posibilidad de viajar al extranjero iniciaron relaciones con mujeres blancas, pienso que sus ideas anti-blancas no han sido puestas en practica, pues se enfrentaban a la colonización y al desprecio por su raza, pero al final su cama era compartida con la gringa; bueno esto no esta mal, pero entorno a casos de los jóvenes cierta española conquisto a un indio, este le entrego el corazón, ella la vagina, cuando ella tuvo que irse de nuevo a su país se llevo su corazón y también la vagina, hasta ahora ese hermano indianista esta sumergido en una crisis existencial critica,a otro como el fallecido Ayar Quispe fue inducido a la política a causa de un desamorio cuando este comulgaba en el Ejercito Guerrillero Tupaj Katari, pues; «su enamorada desprecio su militancia en este grupo antisitemico,»[19] al parecer este fue despreciado por sus ideas indianistas, lo que le llevo a practicar la escritura. Entre los nuevos jóvenes indianistas en la cual me incluyo empezamos a escribir sobre el indianismo por desamores, el dolor crudo de la pasión los llevo a pensar el suicidio, el indianismo se convirtió en un pensar salvador. Las relaciones ásperas entorno al amorhan marcado ciertas condiciones de vida con relación a la política y la ideología, pero este marcada por el tema racial, aquellos que su condición de indios los han puesto en situaciones de desprecio, y al mismo tiempo ser perpetradores de racismo y desprecio a su propia raza, mostrando preferencia por la mujer blanca-mestiza, la lujuria y la lubricidad son temas preferidos. «El indio: no concibe la simple amistad en las relaciones de los dos sexos. Para el, la mujer no tiene más que un único y exclusivo fin: servir de hembra…Por eso, cuando se casa, en su esposa no ve sino la hembra al alcance de su mano y fácil de poseer.»[20]La raza determina las interrelaciones amorosas, el indianista busca la blanca, si la consigue la trata mejor, cuando esta esta con una india el cariño va desapareciendo, el amor se determina en torno a la mirada aborrecible de lo propio, varios indios cambian de comportamiento de acuerdo al tipo de mujer que se le pone al frente…(continuara)
[1] Antonio de Armenteras, Antología de pensamientos, p, 154. [2] Rigoberto Paredes, El Kollasuyo, p, 74. [3]Ibid, p, 75. [4]Ibid, p, 76 [5] Sinclair Thomson, Cuando solo Reinasen los indios, p, 238. [6] Fausto Reinaga, La Revolución India, p, 129. [7] Fabiola Escarzaga, Correspondencia Reinaga-Carnero-Bonfil, p, 193. [8] Fausto Reinaga, Mi Vida, p, 110. [9]Ibid, p, 46. [10]Ibid, p, 116. [11]Ibid, p, 47. [12] Wankar Reinaga, Fausto Reinaga, Carne, Hueso, roca, p, 97. (obra inédita) [13]Ibid, p, 97. [14]Ibid, p, 97. [15]Ibid, p, 98. [16]Ibid, p, 98. [17]Marco Tulio Ciceron, La Ancianidad, p, 59. [18] Fausto Reinaga, Mi Vida, p, 47. [19]Entrevista a Ivan Apaza, 28 de febrero 2016 [20]Alcides Arguedas, Pueblo Enfermo, p, 154.
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